Es común que, durante los días fríos, optemos por ducharnos con agua caliente antes de dirigirnos a la universidad o al trabajo. No obstante, ¿qué ocurre cuando salimos inmediatamente a la calle después de bañarnos?

Expertos señalan que tomar duchas prolongadas con agua caliente y luego exponerse al frío exterior puede ocasionar un cambio brusco en la temperatura corporal, lo cual afecta la presión arterial y podría llevar a desmayos, e incluso en casos más graves, a infartos o problemas de irrigación cerebral y del músculo cardiaco.

¿Qué pasa con mi cuerpo cuando me baño con agua caliente?

El doctor Tomás Borda, quien participó en el programa de televisión DR TV, explicó que cuando nos sometemos a baños prolongados con agua caliente, nuestros vasos sanguíneos se dilatan, llevando más sangre a la superficie de la piel y provocando enrojecimiento. Sin embargo, el problema surge cuando la sangre no llega con la presión adecuada a todas las partes del cuerpo.

El aumento de volumen de los vasos sanguíneos debido al agua caliente puede resultar en una disminución de la presión sanguínea en todo el cuerpo, lo que podría llevar a desmayos.

Para evitar estas situaciones, los especialistas recomiendan limitar las duchas a no más de cinco minutos y cambiarse de ropa dentro del baño para minimizar los cambios bruscos de temperatura al salir.

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