Un incendio lleva ardiendo bajo tierra más de 6.000 años, según estimaciones de los científicos. El misterioso fenómeno tiene lugar en el interior del Monte Wingen, también conocido como la ‘montaña ardiente’ de Australia.
Es lo que se conoce como un incendio de veta de carbón, un fenómeno difícil de extinguir que ocurre debajo de la superficie terrestre y no produce llamas.
Este antiguo incendio tiene lugar a 30 metros de profundidad y alcanza una temperatura de 1.000 °C. En tanto, se desplaza hacia el sur del país a una velocidad aproximada de un metro cada año.
Dado que el incendio se ha desplazado unos 6,5 kilómetros, los científicos estiman que ha perdurado por unos seis milenios. Aun así, se desconoce su tamaño exacto.
“A medida que avanza el fuego, calienta la montaña haciendo que se expanda y se agriete, dejando entrar oxígeno para que el fuego pueda avanzar. El fuego produce su propia chimenea y su propio suministro de oxígeno”, dijo a Science Alert Guillermo Rein, profesor en el Imperial College de Londres, quien visitó el lugar en 2014.
Huellas en la superficie
La verdadera apariencia del fenómeno es casi invisible desde la superficie, en la reserva natural de Nueva Gales del Sur. Las únicas evidencias del ‘eterno incendio’ son rastros de humo y ceniza blanca, un olor de azufre, rocas descoloridas y una tierra cálida al tacto.
No obstante, desde hace unos años, la extensión del fuego también ha ido cambiando el panorama del lugar.
“Donde el fuego no ha llegado, hay un hermoso bosque de eucaliptos. Donde está ahora no hay absolutamente nada vivo, ni siquiera pasto. Y donde estaba hace 20 o 30 años, el bosque ha regresado, pero es un bosque diferente”, precisó Rein.
¿Cuál es su origen?
Desde su descubrimiento en 1828, cuando se le confundió con un volcán, no existe un consenso científico sobre su origen exacto.
En los relatos del pueblo aborigen Wanaruah, se cree que el fuego comenzó a partir de la antorcha de un antiguo guerrero que fue secuestrado por las fuerzas del mal o de las lágrimas de una viuda. Por esa razón, la montaña Mingen (que significa “fuego” en la lengua de los wanaruah) es considerado también un lugar sagrado.
Lo más seguro, según Rein, es que fue un incendio forestal de un rayo que encendió un afloramiento” o “la ignición por calentamiento espontáneo”, aunque no descarta un origen antropogénico, como se ha registrado en otros países como India, China y Estados Unidos.
Hasta el momento, tampoco se sabe durante cuánto tiempo más seguirá ardiendo el monte Wingen, pero sí que este tipo de incendios serán más comunes con el calentamiento global.
“El impacto del cambio climático en los incendios de las vetas de carbón (y viceversa) (…) es definitivamente algo que debería preocuparnos mucho”, sostuvo el especialista.
Según Global Forest Watch, estos son comunes en países mineros de carbón como Australia y representan al menos el 3% de las emisiones anuales de CO2 en el mundo.