Una joven con discapacidad mental, identificada como M.E.G.R. y a quien llamaremos «María» para proteger su identidad, enfrenta un doloroso calvario tras presuntamente sufrir abuso sexual y ser llevada a un consultorio médico donde habrían ocasionado daños en su útero con el propósito de provocar un aborto.

La situación se complica debido a que estaría recibiendo una atención médica deficiente y la presunta falta de avances en el proceso judicial en Sandia.

Fuente: Diario Sin Fronteras.

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