Agustín Luque Chayña, vicegobernador de Puno, asumirá las riendas del gobierno regional durante los próximos meses. La decisión fue adoptada por el Consejo Regional tras la aprobacion de diecisiete de sus miembros al otorgarle las facultades a Agustín Luque en representación de Walter Aduviri Calisaya.
PUEDES VER: Puno | Vicegobernador regional recomienda la suspensión de Walter Aduviri
Aduviri cumple prisión de seis años por el delito de disturbios por los hechos de violencia durante el Aimarazo. Este conflicto estalló en 2011 en rechazo a las concesiones mineras.
Los consejeros se ampararon en el artículo 23 de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales. Este establece que, ante los supuestos de ausencia o impedimento temporal, asume la responsabilidad el vicegobernador con las prerrogativas y atribuciones del cargo.
Los fiscalizadores apelaron a esta normativa, mientras se resuelve en segunda instancia la apelación a la sentencia que pesa sobre Aduviri.
El pasado lunes, se planteó debatir la suspensión de Aduviri en el cargo por 120 días. Sin embargo, se frustró esa idea, debido a que no se llegó al número de votos legales. Los actuados de este acuerdo se elevaron al Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Ahora el acuerdo, que ayer tomaron los consejeros de dar funciones de gobernador al vice gobernador regional Agustín Luque, también será elevado al JNE.
Este organismo electoral tendrá que otorgar las credenciales a Agustín Luque, para que ejecute medidas acordes a la investidura que ejercerá.
Por otro lado, el abogado defensor de Walter Aduviri ya presentó la apelación a la sentencia de seis años, la misma que será vista en no más de mes y medio. Sus seguidores guardan la esperanza de que el Poder Judicial, en segunda instancia, varíe su situación.
PUEDES VER: Puno | Actividad turística es la más afectada por protestas y bloqueo de vías
Marchan por la paz y rechazan violencia
Más de 500 pobladores, entre estudiantes y operadores del sector turismo, ayer marcharon por la pacificación con el lema: “Puno, ciudad pacífica y amigable”. Aunque respetan los reclamos de las organizaciones sociales, rechazan todo tipo de violencia.
A esta movilización, se plegaron pobladores de las islas flotantes de los Uros, así como habitantes de la isla de Amantaní y operadores de turismo de la ciudad lacustre.