Más de 65 mil estudiantes de la Universidad Alas Peruanas pasaron la Navidad con la noticia de que su casa de estudios no obtuvo la licencia institucional de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y, por ello, tiene dos años para su cierre. Una decisión que se basa en graves observaciones realizadas por la entidad.

Esta casa de estudios que fue el feudo de su polémico fundador Fidel Ramírez, es conocida por haber tenido nexos con el secretario general y exfinancista de Fuerza Popular, el excongresista Joaquín Ramírez, investigado por lavado de activos.

Según un comunicado de la Sunedu, Alas Peruanas no cumplió con el plan de adecuación propuesto por la propia universidad para cerrar las brechas de calidad. En el texto, se subraya que de los 44 indicadores evaluados, solo aprobaron 11.

Entre los principales incumplimientos se observa que las instalaciones no cuentan con estándares mínimos de seguridad; profesores no han obtenido el grado académico mínimo para ejercer la docencia universitaria en la sede central y en nueve filiales; no se ha demostrado que los maestros hayan ejercido la docencia con anterioridad a la vigencia de la actual Ley Universitaria.

Ante la llamada de este diario, José Castillo, presidente ejecutivo de Alas Peruanas, evitó pronunciarse sobre el tema hasta leer el expediente. Sin embargo, cuando Perú21 le leyó una observación sobre que no se garantizaba que el agua potable suministrada en dicha casa de estudios era apta para consumo humano, respondió: “No recuerdo haber visto un examen de potabilidad durante las visitas”.

Igualmente, no descartó que tras el cierre, los estudiantes inicien acciones legales contra la universidad. “Seguro habrá quejas, reclamos, los alumnos son libres de protestar. La universidad dará la cara. Seguirá atendiendo. Y se busca la solución que otorgue una seguridad continua”, aseveró.

Fuente: Perú 21.

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