Al menos 162 personas murieron en un terremoto de magnitud 5,6 ocurrido el lunes en la principal isla de Indonesia, Java, una sacudida que hizo temblar los rascacielos de la capital, Yakarta.

El epicentro del sismo fue ubicado cerca de Cianjur, a unos 110 km al sudeste de Yakarta, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

“Lamento informar de que 162 murieron”, dijo el gobernador de Java Occidental, Ridwan Kamil, en un video al que tuvo acceso la AFP. Adam, un portavoz de la administración de la ciudad de Cianjur, en Java Occidental, y que como muchos de sus compatriotas no tiene apellido, confirmó ese balance.

Sin embargo, la agencia indonesia de gestión de catástrofes todavía daba cuenta de 62 muertos (tras haber revisado al alza el saldo anterior, de 56 fallecidos).

Según esa agencia, más de 2.000 viviendas resultaron dañadas y más de 5.000 habitantes fueron evacuados.

Por ahora, las autoridades dieron cuenta de al menos 700 heridos, pero advirtieron que el saldo podría ser mucho mayor.

Agus Azhari, de 19 años, estaba con su madre, anciana, en la casa familiar cuando el cuarto de estar quedó destrozado en cuestión de segundos. Las paredes se derrumbaron en parte y techo su hundió en torno a ellos.

“Agarré a mi madre de la mano y corrimos afuera”, explicó el joven. “Escuché a gente gritando y pidiendo ayuda por todas partes a mi alrededor”, dijo a la AFP.

Herman Suherman, el jefe de la administración de la ciudad de Cianjur, declaró a la cadena Metro TV que había un flujo constante de víctimas.

“Hay muchas familias en los pueblos que no pudieron ser evacuadas”, indicó.

Según él, el hospital Sayang de Cianjur no tenía acceso a la electricidad desde el terremoto y los médicos no podían operar a las víctimas. Se necesita más personal sanitario para atender al gran número de afectados, agregó.

Vecinos de la localidad transportaban a las víctimas al hospital en todoterrenos y motos. Los cuerpos de los fallecidos eran colocados delante del establecimiento, bajo una lona.

Comercios, un hospital y un internado islámico de Cianjur sufrieron importantes daños durante el movimiento telúrico, según la prensa local. En los medios se podían ver varios edificios de la localidad con el tejado derrumbado.

El jefe de la policía de Cianjur, Doni Hermawan, declaró a Metro TV que las autoridades rescataron a una mujer y a su bebé, víctimas de un corrimiento de tierras, pero que otra persona, que había resultado gravemente herida, murió.

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