Este 24 de marzo de 2023 se ha detectado la tormenta solar más poderosa en casi seis años, por lo que se esperan efectos notorios en la órbita y posiblemente en la superficie de la Tierra. La magnitud de este fenómeno de categoría 4 o “severa” ha tomado por sorpresa a los expertos en el clima espacial.

Según su intensidad, las tormentas solares se clasifican en leve (G1), moderada (G2), fuerte (G3), severa (G4) y extrema (G5).

¿Qué causó esta tormenta solar severa?
A principios de esta semana, la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA) detectaron en el Sol un agujero coronal que apuntaba a la Tierra. Esta región oscura y menos densa emitió una corriente de viento solar a gran velocidad que iba a llegar al planeta entre el 23 y el 25 de marzo, por lo que se emitió un aviso de tormenta solar (también llamada tormenta geomagnética) de niveles G1 a G2, “leve” a “moderada”.

Agujero coronal en el Sol, captado el 20 de marzo. Foto: SDO / NASA

Sin embargo, una erupción solar denominada CME acompañó a esa corriente de partículas solares y aumentó su impacto sobre el campo magnético de la Tierra. Como resultado, en la madrugada de este viernes 24 de marzo, la NOAA emitió una alerta de tormenta solar G4 en curso, con efectos en el transcurso del día.

Alerta de tormenta solar nivel 4 en curso, emitida por la NOAA. Foto: Twitter

Efectos en la Tierra
La NOAA advirtió que, durante esta tormenta solar severa, las partículas cargadas que penetran el campo magnético de la Tierra aumentan significativamente la densidad de la atmósfera, lo que podría hacer que los satélites en la órbita baja sean arrastrados hacia la superficie.

Asimismo, indicaron que se registrarán fallas frecuentes en el sistema global de navegación por satélite, lo que incluye a los servicios de GPS o sistema de posicionamiento global.

Una tormenta solar perturba el campo magnético de la Tierra. Imagen: Royal Belgian Institute for Space Aeronomy

La entidad advierte de las partículas podrían llegar al nivel de la superficie terrestre y afectar las redes eléctricas, por lo que sugieren «posibles problemas generalizados de control de voltaje».

Las regiones más susceptibles a registrar estos efectos son las que se encuentran a altas latitudes, como Estados Unidos, Canadá y la parte sur de Sudamérica, ya que las partículas solares ingresan por los polos del planeta.

El lado positivo de este tipo de eventos son las auroras polares, que, en este caso, por ser una tormenta geomagnética de gran magnitud, se avistaron en sitios muy alejados de los polos.

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