Toda operación significa un riesgo, pero la joven madre de 33 años, guiada por el amor a su hija, no dudó en ofrecerle su órgano y quedarse con un solo riñón para que ella pudiera tener una vida normal.
“Cuando me enteré que necesitaba de un trasplante en la primera persona que pensé fui yo. Conseguir un donante fue una segunda opción si los resultados salían negativos. Entregar mi riñón a mi hija no fue un sacrificio, fue amor, fue un privilegio”, dijo llorando.
La intervención quirúrgica se realizó el último viernes en el hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo de EsSalud, luego de que los exámenes de compatibilidad se realizarán durante un año.
“Te amo mucho, no te preocupes que todo saldrá bien y seremos felices”, fueron las palabras de esperanza y aliento que María Enríquez Condori le dijo a su hija de 15 años antes de entrar al quirófano para un trasplante de riñón.
El médico neufrólogo Raúl Hinojosa, quien participó en el proceso, contó que esta técnica con la que se hace pequeños agujeros es usual en otros países y también en Lima. En Arequipa se aplica más para el retiro de la vesícula.
A diferencia de aquella intervención, esta vez no se tuvo que hacer un corte en el cuerpo para extraer el riñón, porque se aplicó la cirugía laparoscópica.
Desde 1993, cuando dos novios se sometieron a una operación similar, no se había realizado una intervención similar, porque usualmente las personas con insuficiencia renal esperan donantes con muerte cerebral.
La cirugía laparoscópica tiene muchas ventajas como pocos días de convalecencia, recuperación rápida en aproximadamente 5 días, menos pérdida de sangre, entre otras.
Madre e hija se mejoran favorablemente, pues vivir con un solo riñón es posible siempre que lleven una vida saludable.
En este caso, la menor mostró los síntomas de insuficiencia renal crónica hace un año. Los médicos le dijeron que su riñón no se desarrollaba en función a su crecimiento, por lo que permaneció 9 meses en el área de diálisis peritoneal.
En el hospital hay aproximadamente mil pacientes en hemodiálisis, 180 en diálisis peritoneal y 70 están a la espera de un donador, con los estudios ya realizados, pero la falta de cultura de donación hace que las personas se nieguen a compartir sus órganos.
Considerando este último caso de trasplante, el médico Hinojosa señala que los familiares más cercanos son los primeros potenciales donantes con compatibilidad, pero ello no se concreta por el temor y el desconocimiento.
Muchos fallecen a la espera de un órgano. En lo que va del año solo se realizaron 4 trasplantes por muerte cerebral y uno con donante vivo.
Llamado. A partir de esta última práctica, que duró 8 horas, el médico y donante exhortaron a las personas a salvar vidas y donar sus órganos.
26 años han pasado desde que se realizó un intervención similar